11 de Mayo 2004

Fic

Mi fiance y yo pensamos que sería interesante hacer una historia de ficción en una universidad, que casualidad nosotros estamos en una, donde por casualidad nosotros (y algunos más, quien sabe) seamos los protagonistas, me ofrecí a empezar así que aquí va un avance (para futuras miles de correcciones)

Las flores de cerezo caen como copos de nieve, un portal muy grande es la introducción a este mi nuevo lugar. Algunos voltean a verme ¿hay algo malo en mi forma de vestir?, el viento sopla y hace ondear mis cabellos aunque preferiría que no lo hiciera.

Primer día en la universidad, luego de fastidiosos exámenes de ingreso aun me faltan más tediosos exámenes que pasar. Examen medico en la clínica del lugar (grrrr), sé que hay cosas más importantes que hacer como sentarme a leer mientras veo el paisaje mientras pueda hacerlo, no es una prioridad mía el examen medico, si lo es para ellos bien.

Se oye a alguien pedir permiso apresuradamente mientras entra corriendo a toda velocidad pasa la entrada como si de eso dependiera su vida, pero solo es la forma en que corre porque en realidad esta sonriendo, sus cabellos, sus ropas, como una vorágine pasa a mi lado, lo veo interrogante sin esperar, ni querer, respuesta alguna, de repente el voltea y me ve, una expresión de interés y curiosidad aparece en su rostro, sigue corriendo pero trata de no dejar de mirarme, voltea mientras sigue corriendo hacia adelante, y, estrepitosamente cae sobre el descuidado concreto, las cosas tiradas en el piso, el se apura a recogerlas, se queda sentado el piso apoyado en sus rodillas con carismática vergüenza, dice que aquí no ha pasado nada en voz alta, se levanta y sigue corriendo.

Al menos hay bichos raros aquí...

Esta es Tifares la universidad más antigua del mundo, donde se dice que aun son enseñadas las artes antiguas, donde la muerte no es algo mas que parte del aprendizaje de todos los días, es una universidad para personas que creen que hay algo mas en este mundo que lo que vemos, donde el poder esta en todas partes, desde la mas pequeña roca hasta la mas poderosa arma, ninguna tiene menos poder que la otra solo que son distintas... como todas las cosas, como la vida y la muerte.

Ese es el ideal de Tifares, aunque la realidad es un poco diferente, Tifares es la universidad donde van las personas que quieren prestigio y reconocimiento, que creen que todo lo que quieren se les puede y debe ser dado...

Pobres ilusos...

He revisado todas las bibliotecas, les he preguntado a todos los profesores y ninguno me ha dado una respuesta directa sobre las artes antiguas, empiezo a decepcionarme, por un momento pensé que seria real cuando me dieron aquel compromiso que tenia que firmar donde decía que podía pasar por riesgos que comprometerían mi integridad física o mi vida. Gimnasio, todo vació, ¿cómo llegue aquí? Pues estaba vagando por la universidad persiguiendo un pluma que llevaba el aire y así llegue, ahora que lo recuerdo un profesor me dijo que si quería saber mas que vaya al gimnasio, aunque eso me pareció mas un chiste que algo real

Había un aviso en el panel de anuncios decía sobre clases de “Aikido” entre comillas, me quede extrañada por el sentido del humor, y aun más cuando vi que decía “asistir previo examen medico” en eso alguien apareció detrás de mí era aquel chico al que vi corriendo, el que me vio corriendo, el que me vio mientras corría, ¡yo no, el era el que corría!, se me quedo viendo y sonrió levantando una mano y agitándola en un saludo, lo vi pero no dije nada, él me vio sin cambiar de expresión y me pregunto
- ¿Vienes por las clases de “Aikido”? – gesto de comillas con los dedos
... si, supongo que es lo más interesante que hay por aquí, le dije
- Créeme que así es –dijo mientras se tocaba un brazo – ¡apuesto que no dudaron de ti ni un instante durante el “examen medico”! ¿Verdad?
... solo sé que lo pase, ¿y que es lo que tenemos que hacer?
- ... por lo visto recién vienes ¿no es así? – dijo carismática e interrogativamente – tus compañeros ya empezaron la semana pasada, me parece raro que una chica como tu le halla prestado tan poca importancia a esto.
Ya eso me estaba llegando, ¿quién demonios se cree?. ¿Supongo que aun hay algo que pueda hacer verdad? Le dije un poco despectivamente, él sonrió y me dijo que lo siga.

Llegamos a una entrada lateral del gimnasio, la puerta se abrió y el techo se disparo a los cielos en un enorme salón; una gran escalera espiral se presentaba al centro, los 3000 escalones, dijo mi acompañante, afuera el edificio tenía dos pisos de altura pero dentro este salón parecía tener veinte

Escrito por Katsushiro a las 11 de Mayo 2004 a las 12:03 PM
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